Cien años después
el mensaje que ellos
traían consigo,
con las palabras iniciales
de un nuevo y
más humano evangelio,
ha sido acotado
a un nicho compasivo
de la cultura
o de la historia
de las letras
En punto a ironía,
ya se sabe,
la gran farsa cotidiana
es generosa.
¿Y habrá mayor
muestra de ironía
que la posteridad
reservada en ella
a esas palabras?
"Son
las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.."
Y ya es solo
el fantasma de esa ironía
el que ronda y ronda
a quien aquí las invoca…
